No te pierdas la última entrevista, o los videos de Victor Trubiano en Youtube.
Prahlad Jani, Victor Truviano y Oberom Silva dominan su metabolismo:
El yogui Prahlad Jani, más de 70 años sin comer ni beber agua
Científicos indios expresaron su asombro tras los análisis efectuados
durante dos semanas en un asceta hindú de 83 años que afirma haber pasado más
de 70 años sin ingerir alimentos ni beber agua.
El yogui Prahlad Jani resistió sin beber ni comer, pero sobre todo sin
orinar ni defecar, durante este período de observación que terminó el jueves,
según los científicos.
“Seguimos sin comprender cómo sobrevive sin orinar ni defecar. Este fenómeno
es un misterio”, declaró a la prensa Sudhir Shah, un neurólogo del equipo de 30
médicos que observaron al yogui en un hospital de Ahmedabad (oeste de India).
Prahlad Jani era vigilado las 24 horas por cámaras durante este experimento
lanzado por el Organismo de Investigación y Desarrollo del Ministerio de
Defensa (DRDO).
Luego, el yogui regresó a su pueblo natal cerca de Ambaji en Gujarat (norte)
donde reanudó sus actividades meditativas. El octogenario asegura que una diosa
lo bendijo cuando tenía 8 años y le permitió vivir sin alimentos.
Durante las dos semanas que duró el experimento, “el único contacto de Jani
con líquidos era cuando hacía gárgaras o se lavaba”, indicó en un comunicado el
doctor G. Ilavazahagan, director del Instituto Nacional de Defensa
especializado en Fisiología. Este instituto forma parte del DRDO que, el año
pasado, había ideado granadas llenas de pimiento rojo para aturdir a
manifestantes.
“Si Jani no saca su energía de los alimentos y del agua, debe hacerlo de
otras fuentes que lo rodean y el sol es una de ellas”, indicó el doctor Sudhir
Shah. “En tanto, profesionales del sector médico, no podemos excluir hipótesis
como la de una fuente de energía distinta a las calorías”, dijo.
El yogui se sometió a un escáner de resonancia magnética. Su cerebro y su
actividad cardíaca fueron medidos con electrodos y le practicaron análisis de
sangre.
El resultado detallado será publicado en los próximos meses y el DRDO espera
poder aprovecharlos para aumentar la resistencia de los militares o ayudar a
las víctimas de catástrofes naturales.
…………………………………
http://www.revistaohlala.com/1765980-vivir-del-prana
Mariela
Tiboni es Licenciada en Nutrición. La conocí durante el evento "Mi
comida me sana" y después la entrevisté junto al doctor Delupi en "Una
charla sobre cambios". Aunque vive en El Calafate, con su Nutrimóvil
recorre el país, brinda charlas y organiza encuentros en los que difunde el
cuidado de nuestro cuerpo de una manera integral, en donde cada órgano tiene
importancia.
A principios
de enero fui al festejo de su cumpleaños número 36. Se había cortado el pelo
muy corto, como parte de un cambio que estaba generando en su vida. Esa noche
brindamos antes de que partiera para hacer su ayuno de once días junto a Víctor
Truviano, una persona que vive del prana. Quedamos en hablar a su regreso
para que me contara cómo había sido esa experiencia.
Nos
encontramos en un bar de Palermo, para mi sorpresa, no se notaban cambios
físicos, apenas había bajado un kilo y medio, pero la emoción todavía se podía
percibir en su relato.
-¿En qué
consistió el proceso?
-La idea era
no hacer nada. Uno no está acostumbrado a eso. No podíamos llevar música,
celulares, era mejor estar en silencio el mayor tiempo posible. El primer día
comimos muchas frutas. Como nutricionista yo tengo nociones sobre la
combinación de alimentos, sin embargo mezclé sandía, durazno, frutillas,
ciruelas, damascos, melón, cerezas... Me entregué a disfrutar la última cena
sólida. El segundo día nos dieron dos vasos de jugo de manzana en todo el día,
el primero más fuerte, el segundo más suave. El tercer día lo mismo pero con
jugo de pera. El cuarto, quinto y sexto, 72 horas de seco. Yo había hecho 24
horas de seco antes. A los pacientes, cuando empezamos un tratamiento de
desintoxicación y reconexión espiritual que va más allá de lo físico, suelo darles
ayunos hídricos, de agua y limón. Pero nunca había estado tanto tiempo así, fue
intenso porque se empezaron a remover muchas cosas.
-¿Qué
sentías?
-Estaba con
otra energía, otra sutileza. La presencia de Víctor Truviano es
diferente a lo que uno puede ver en internet, tiene una energía suave, sutil.
Solamente con su presencia o su mirada era suficiente para ingresar en su
sintonía. Transmite calma, paz, una sabiduría que demuestra en sus movimientos.
Las primeras noches dormí todo el día y toda la noche. Me bañaba y seguía
durmiendo. Mi cuerpo lo necesitaba. Es la primera vez que estuve doce días
incomunicada, fue un desapego hermoso.
-¿Cómo era
el grupo? ¿Con quién estabas?
-Era un
grupo grande, más de 34 personas. Había un chico de 7 años, otro de 12 que ya
lo había hecho el año pasado, gente que lo hacía por octava vez. Otros dos,
cuatro, una, ninguna. Hasta compartir la habitación fue impecable. Cada uno
estaba en su proceso, cada uno tenía sus vivencias diferentes. Estaba con una
chilena, con una señora mayor, uno que había vivido en la India.
-¿Notaste
cambios?
-El tercer
día empecé con dolores de cabeza bastante fuertes. Ahí hubo debilidad,
cansancio, muchos sueños reales. Fui con situaciones muy puntuales para
trabajar, yo tenía que sanar algunas heridas. No solo las elaboré, sino que las
solté. Y me bajó información de una manera muy clara sobre lo que tenía que
hacer hacia adelante: visualizarme como un vehículo, prestarle atención a las
cosas que me salen, que intuyo. Cuando uno empieza a estar en un nivel de
vibración más sutil, no hay forma en que te equivoques.
-¿Se podría
haber hecho sin los días de ayuno?
-Fue
importante la presencia de Víctor. Todos los días nos juntábamos, hacíamos una
respiración porque él manifestaba la importancia de la oxigenación celular
(porque toda la información la tenemos en el cerebro) y la introspección, la
calma, el silencio. La aceptación de uno mismo. Lo que tenemos que aquietar es la mente, los
órganos van a funcionar mejor si nuestras neuronas están al cien por ciento.
Y para eso es importante la respiración.
-¿Cómo eran
los ejercicios de respiración?
-Hacíamos una respiración intencionada hacia el
cerebro y otra más larga hacia el músculo cardíaco. Cinco minutos, de esa forma
oxigenás el cerebro. Todas las noches entrábamos en esa sintonía de no
necesitar más. Estamos llenos de cosas que creemos que necesitamos. Y no. Estuvimos 72 horas sin agua y no
sabés lo que fue volver a tomarla, fue emotivo. Él dice que lo que se saca con
este proceso, es una "resaca" que se forma en el estómago y se libera
después de los días de seco, al volver a ingerir líquidos e hidratarse. Después
te das cuenta lo que es volver a tomar agua, sentirla cómo llega al estómago,
su temperatura. Es increíble. Si tenemos esa conciencia con todo lo que hacemos, es imposible que no
podamos modificar este mundo que está así de cargado de energías innecesarias.
Nos llenamos de amor hacia
los demás, no significa que todas las personas tengan que estar en mi círculo
de afecto, pero todos somos del mismo lugar. Entendí que no necesito
vivir en mi país para generar un cambio, se puede generar en cualquier lugar
del mundo porque somos todo lo mismo.
Conciencia pránica
Víctor
Truviano era violinista y profesor de música, llevaba una vida
"normal" aunque sentía una cierta conexión espiritual con otro plano.
Hasta que a través de unos amigos realizó un proceso durante tres semanas en la
costa argentina, que le recordó el potencial que tenía. Y durante el siguiente
año fue dejando de sentir la necesidad de consumir alimentos y líquidos. Tal
como él lo define en una entrevista: "El proceso respiratoriano no es
para dejar de comer, ni muchas cosas de las que dicen. El proceso de veintiún
días, en parte, te hace recordar lo mejor que tenés adentro y las consecuencias
de ese bienestar en tu presente".
Prana significa en sánscrito: "aire
inspirado". Respiracionista. Pranariano. Retroalimentación celular.
Términos que no están en nuestro vocabulario habitual y que cuesta imaginar
porque no se encuentran dentro de nuestros parámetros de lo posible.
Mariela
Tiboni asegura que a ella le pasó lo mismo la primera vez que supo de la
existencia de Víctor Truviano. Pero a su mente científica le tocó aceptar que
algunas cuestiones trascienden cualquier explicación. Hace seis años tuvo un
problema en su columna y durante un tiempo no se pudo mover. Entonces decidió
viajar a Puerto Rico, y en el instituto de Ann Wigmore, comenzó un proceso de
recuperación, con alimentación viva y elongación, que hoy la mantienen en buen
estado. También abrió su mente después de las jornadas, los retiros, las
vivencias propias y las de sus pacientes. No había vuelto a sentir ese dolor
hasta unos días antes de terminar el retiro, Cuando le consultó a Víctor, le
dijo que todavía estaba liberando. Así como había aparecido, el día de la
despedida el dolor desapareció.
-¿Es posible
recomendar un ayuno durante tanto tiempo?
-La
responsabilidad es de cada uno, no se delega. Más allá de que tengamos
matrícula, como nutricionistas tenemos que enseñar a la gente que aprenda a
reconocerse. Creo que no es estimular a que la gente que no coma, ni que haga
un montón de ejercicios. Es inspirar a la gente se anime a volverse hacia
adentro, escucharse, reconocerse, sentirse y hacerse cargo. Hablamos de lo
mismo: energía, sutileza, sabiduría con uno mismo, conciencia, amor. La
finalidad es conocernos y no caretearnos. Víctor dice: "en este proceso de
11 días yo soy responsable, después no". Él tampoco recomienda hacerlo por
cuenta propia. Cuando hago los intensivos de desintoxicación con los pacientes,
si están conmigo y están en tratamiento, obvio que yo soy responsable. Pero no
puedo hacerme cargo si te vas al medio de la nada y dejás de comer. Hay
documentales en los que se muestra que ha muerto gente por hacer los 21 días de
vivir de luz. No es por bajar de peso, esto va más allá.
Cuando
Mariela salió del retiro, ya en medio de la ciudad de Buenos Aires, se miró al
espejo después de bañarse y lloró. No podía entender cómo había estado con una
persona que no comía nada ni tomaba agua, en anatomía le habían enseñado otra
cosa.
-A veces la mente hay que dejarla
de lado y aceptar, usar menos la cabeza y mas el corazón. Aprendí mucho,
logré internalizar más y afinar el oído del cuerpo. Uno está acostumbrado a
escuchar lo que la mente dice, a veces lo que tu boca y tu corazón. Pero rara
vez lo que dice tu estómago. La idea es que vos sos lo que pensás con la
mente, la boca, el corazón, tu hígado. Antes de hacer algo hay que ver qué dice
la gran mayoría. Para tomar conciencia hay que estar en armonía con uno, y
para eso creo que sirven los retiros, es una buena estrategia para ir
evolucionando en este camino. No me interesa dejar de comer, pero sí poder
tener más energía pránica de la que hablan. Si mi respiración es mejor y estoy energéticamente activa,
me genero yo misma la energía, no solo a través del alimento. Yo no
quiero ser igual a Víctor, esa es su misión, la mía es la de difundir una
alimentación más consciente, un equilibrio más armónico entre lo que decimos,
sentimos, contamos. Escuchar
nuestro cuerpo, controlarlo. Si el cuerpo está fuerte, no hay forma en
que no haga lo que tenga que hacer. Es lo mismo con la elongación, siempre
podés un poquito más. Cada día puedo más porque soy responsable de una
máquina perfecta. Ese es mi camino, e inspirar a la gente a que busque su
cien por ciento.
-¿De dónde
viene el respiracionismo? ¿Tiene relación con alguna religión?
-Hay muchos documentales que hablan de eso. Mucha gente que
lo hace. Esto es un alerta. La vida sin alimento también es posible. El tema es
cuánto mal estamos haciendo los seres humanos que nos quedamos en un estado de comodidad y resignación.
Él habla de que el dolor tiene que pasar por un lado que sea confortable, no
cómodo. "Si te duele, buscale la felicidad al dolor". Es una
invitación a sentir que sos dueño de esa máquina perfecta y te lo tenés que
creer, sino vas a sentir que sos un desdichado porque te duele la columna o no
tenés el cuerpo que te gustaría. Depende del lugar en el que quieras estar. No
tenemos ni idea de todo lo valioso que tenemos, tenemos todo lo que
necesitamos. Lo que necesitamos es el tiempo de uno con uno, conocernos y
animarnos a volver a empezar todas las veces que sea necesario. Tenemos que limpiarnos de lo que
deberíamos hacer, de los mandatos sociales, tomar conciencia de las prácticas
que nos hacen mal, y modificarlas. A todo el mundo le va a llegar. A
los que nos llegó, no hay forma de volver atrás.
Mientras
Víctor Truviano continúa con sus seminarios alrededor del mundo, Mariela Tiboni
después de los once días de ayuno, sigue su camino hacia el sur. Ya está en
Cipoletti para dar nuevos talleres detox junto a Matías Papini de Jugox, que
compartió el retiro con ella y con el que organizarán juntos un retiro de
purificación interna.
Quise
escribir sobre el tema porque es algo que me interesa compartir, creo que hay
mucho por investigar todavía desde la ciencia para explicar aquello que no
comprendemos. Considero que está bueno saber que existen seres humanos que
viven de esta manera, Víctor Truviano no es el único que vive del aire
inspirado, pero no invito a seguir su ejemplo. Sí, pienso que el ayuno puede
ser útil como una forma de liberación y desintoxicación, que puede brindar
beneficios a nuestro organismo, y que uno debe prepararse para transitar ese
proceso cuando sienta necesidad de hacerlo.
Víctor Truviano y Mariela Tiboni con el Nutrimóvil,
durante el proceso de purificación..
Les deseo
que disfruten del sol y espero que puedan estar en contacto con la naturaleza
en estos días de calor. Me encuentran en kariuenverde@gmail.com
¡Abrazo
grande!
Kariu
………………
Oberom Silva, yogui que dice
practicar el ayuno total
Tengo 26 años. Soy brasileño y vivo
en Brasil. Soy profesor de yoga. Vivo en pareja. No tengo hijos. Soy
libertario: no veo soluciones en la política. Hay una inteligencia cósmica. Si
uno trabaja su conciencia, puede lograr vivir del ¿prana¿, energía sutil en que
estamos inmersos
Víctor-M. Amela
28/07/2011 02:23 | Actualizado a
25/08/2011 10:24
Me han dicho
que usted no come.
No me
gustaría centrar la charla en eso.
¿Es un
yogui?
Practico
yoga desde niño. Me enseñaron mis padres: siendo veinteañeros dejaron la ciudad
para vivir en el campo y cultivar sus propios alimentos. Y allí nacimos sus
diez hijos.
¡Diez!
Decidieron
dejar a la naturaleza seguir su curso… Sin anticonceptivos. ¡Y sin televisor!
¿Qué les
llevó al campo?
Las ansias
de vivir con conciencia y fieles a la naturaleza. Se hicieron vegetarianos, y
así nos criaron.
¿Nunca ha
comido carne?
No. En casa
somos veganos: ni comemos ni usamos nada de origen animal, nada que provenga de
algún sufrimiento animal.
Por
ejemplo...
No montamos
caballos ni usamos animales para labrar. Ni usamos cosméticos que hayan sido
testados con animales.
Pues sepa
que el ser humano es omnívoro y que hemos comido mucha carne.
Muy poquita
mientras fuimos nómadas cazadores- recolectores. Y justamente desde que somos
sedentarios y ganaderos empezaron los problemas de territorialidad, las
guerras… ¡Comer carne trae desgracias!
¿Cuántas
más?
Dedicar
enormes extensiones agrarias a cultivar pienso para ganado: ¡miles de personas
podrían comer con esos vegetales!
¿Algún otro
perjuicio de la carne?
Medioambiental:
la ganadería contamina tierras, aguas y aires, cada vaca expele 500 litros de
metano a la atmósfera con sus ventosidades, ¡y es un gas muy venenoso!
Así, creció
usted como yogui vegano...
Sí, fue así
hasta hace nueve años. En ese momento empezaron a llamarnos locos...
¿Locos? ¿Por
qué?
Mi madre
empezó a seguir los ejemplos de Teresa Neumannn, de Paramahansa Yogananda, de
Jasmuheen, de Giri Bala…
¿Quiénes son
esas personas?
Personas
cuya toma de conciencia les dota de tal dominio de su metabolismo, que pueden
prescindir de ingerir alimentos sólidos.
Repita esto:
no sé si le he entendido...
Que son
personas que no comen nada. Mi madre siguió el preceptivo retiro iniciático,
que incluye ayunar 21 días seguidos.
¿Y cómo
quedó su imprudente madre?
Muy
contenta, feliz, serena.
Eso es imposible:
si no comes, mueres.
Mediante un
cambio de tus estructuras de conciencia, puedes conseguir un cambio de tu
memoria celular.
Eso es
palabrería, lo lamento.
Yo llevo
nueve años sin comer alimento sólido alguno. Sólo me tomo cuatro zumos de
frutas por semana.
No me lo
creo: no le veo nada famélico.
Entiendo que
no me crea, porque esto es algo muy raro. Pero que yo no coma alimentos
sólidos... no significa que no me nutra.
¿Y de qué se
nutre? ¿De esos zumitos?
De prana:
es la energía sutil en que estamos inmersos, está en todas partes, en los
átomos... Una meditación activa, un estado de conciencia atento, presente,
observante, ¡permite captarla y nutrirse de esa energía!
Yo no jugaré
con mi salud ni moriré de inanición: ¡su discurso es insostenible!
Hablo para
buscadores de paz interior, no de hacer un ayuno ni de adelgazar, ¿eh?
Seguro que
adelgazas si no comes, ¡pero también entras en coma y mueres!
Tras los
primeros 21 días yo perdí seis kilos, pero a los tres meses de nutrirme de prana
ya había ganado siete kilos.
Déjese de
locuras: tome esta aceituna.
¡No! El otro
día estaba trabajando en el campo con unos campesinos y me ofrecieron unos
buñuelos de batata y mañoca: tuve que aceptarlos para no desairar su
hospitalidad.
¿Estaban
sabrosos?
Mucho,
mucho...
¿Lo ve, qué
bien? ¿Qué dice la ciencia?
Algunos
médicos están investigando a personas como Hira Ratam Manek, que llevan años
sin comer, o a Pralad Jani, de 80 años, que no come nada desde los 10 años.
¿Y qué pasa
con sus intestinos, eh?
Se atrofian
algunas funciones de absorción y las excretoras, pero siguen secretando
sustancias hormonales reguladoras.
¿Hace usted
proselitismo de esto?
No. Sólo
hablo de búsqueda de autoconocimiento. Enfatizo en esto: no se trata ni de
engordar el ego ni de adelgazar el cuerpo, ni de sanar enfermedades ni de un
ayuno.
¿Y conoce a
muchos buscadores?
Unas 500
personas lo han practicado en Brasil, bajo mi asistencia y la de mi familia.
¡No aconsejo hacerlo solo! El 10% desiste a los pocos días, y el resto sigue
hasta los 21 días. Pero sólo un 5% persevera después.
¿Nadie les
ha denunciado por esto?
Evelyn, una
lectora de la obra de Jasmuheen, salió en televisión diciendo que vivía de luz,
y otra mujer quiso imitarla... y murió. Su esposo denunció a Evelyn por
incitación al suicidio. No sé cómo va el proceso…
Serán vistos
como secta peligrosa...
Yo sólo
formo parte de un grupo de personas cuyo propósito es acceder a un estado de
conciencia de felicidad constante.
Si un día
tiene un hijo, ¿qué le dirá?
No le diré
que no coma, sólo que sea feliz.
Yo me siento
feliz mientras comparto con amigos una buena comida y un vino.
Pues yo
confío en que un día nos baste con compartir arte en vez de comida.
………………….