Así como fué en el AT, es en el NT. Si en su momento Noé, referente del pueblo de Dios, entró en el Arca, hecho por la voluntad de Dios, así mismo el pueblo de Dios tendrá su salvación y pasará esta hora que viene sobre el mundo refugiado en Su Arca, una tremenda tribulación para purificar la Tierra, a semejanza del antiguo Diluvio.
Así
como en el Antiguo Testamento, el Rey David y demás reyes tenían el
Arca de la Alianza y dentro estaba la Palabra de Dios dada a Moisés; así
en el Nuevo Testamento María llevó en su seno La Palabra hecha carne,
Jesús nuestro salvador, en quien se cumplió toda la Ley y Profecías del AT.
Y así mismo en esta última hora de esta generación, por cuya purificación vendrá posteriormente e inmediatamente después una nueva época de esplendor espiritual, María es el Arca del pueblo de Dios que guarda su Palabra, una gran protección para los hijos de Dios en estos tiempos.
María
siempre trae a Cristo, lo trajo y ahora lo traerá también; nunca
desprecien a la madre de Jesús hombre y madre nuestra, regalo de Dios no
solo a todos los hombres sino a todo el cielo, debilidad de Dios, y a
quien siempre hace caso, como se lo hizo en las bodas de Canaan cuando
María le dijo: haz algo que se les acabó el vino, y Él le hizo caso,
porque son un solo corazón: el Sagrado Corazón de jesús y el Inmaculado
Corazón de María refugio del pueblo de Dios y a quien Satanás odia más
que a Dios, porque con Dios trata, pero su soberbia le impide tratar con
un ser humano superior a él y es a quien más teme porque todo el poder
del Espíritu Santo (su esposo amadísimo, y uno con Él) se le dió a ella,
precisamente lo que él quería para sí.