Lo que sucede ahí afuera, debe ser ajeno a la felicidad interna/externa en que éste ser se pueda encontrar.
Puedes experimentar situaciones, puedes dejar que te afecten, que es lo que todo el mundo hace, pero el SER es inalterable, inmutable. ES y no puede dejar de SER.
Otra cosa es que le permita a esa mente hacerme creer que NO SOY esto o aquello.
Cuando el SER ES, no puede dejar de SER.
Percibe por los sentidos: lo que acontece puede alterar momentáneamente la actitud habitual de paz, porque es un ser vivo, no solo con sentidos, sino con sentimientos; por tanto es emotivo y se emociona, se entristece y se alegra, como el Espíritu Santo; y reacciona, de echo si le pinchan salta.
Pero nada ni nadie puede decidir sobre la felicidad "interna" (vamos a elegir esta palabra que trasmite mejor lo que se quiere expresar), solo aquella esencia que éste quiera, decida, que quede aquí asimilada.
Entonces ¿Qué es eso de que esta persona me hace féliz, o peor aún, infeliz?
¿Por qué le voy a dar a alguien la llave del estado de mi ser, si no la debe tener?
Reflexiona un momento.
Le puedes "amar" en el sentido carnal, emotivo, sexual, pero tu Ser no depende de toda esa paranoia, es puro, no carece, ni depende. Es independiente por mucho que quieras meterle pensamientos y más mente. Este mundo de hecho es todo mental. Lo que ES, sigue siendo lo que ES, lo percibas así o no, hasta que tú quieras salir de tu cascarón y puedas ver la Verdad.
Haz el siguiente ejercicio:
Deja de pensar !!!.
Listo, se acabó el problema, ya puedes continuar VIVIENDO!!!.
El problema es que no quieres dejar de querer pensarlo, te gusta regodearte en la carencia.
Debes ocuparte, no preocuparte.
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